LA CIUDAD
DORMIDA
La ciudad
miraba con ojos de repuesto todo aquello
que volaba, MI FA SOL do…
Tenía quince
años, paseaba envuelta en un mundo mágico. La ciudad
era pequeña
y tenebrosa. No quería ser conocida por jóvenes de alma azulada.
Yo buscaba
mis espacios de silencio para sentir lo de siempre: las lunas, los astros, tu
boca.
No quería
ser vista por los bastones de mando, ni por la oscuridad de los conventos.
Sentía el alma frágil en el silencio , re si la SOL la sí…
Tenía el
alma cogida en un puño de la época. Eran los hábitos que bailaban al compás de
entonces, un 3x4, seguramente…marchitándose en duras ideologías que quedaron
acalladas en unos años, mi re do…
Yo iba de
un lado a otro con mi música. Aquellos sonidos escuchados por muy pocos, SOL
SOL fa mi re…Un paso, otro y otro. Pero era la ciudad de los bastones de mando
que me insultaron. Si, bastones de mando.
Ruidos,
ruidos. La ciudad envolvía en ruidos. Y había días en que sentía el silencio y la paseaba desde allí fa SOL fa
mi re mi…y descubrí multitud de pajarillos que cantaron conmigo, desde sus
arboledas…
Y entre viaje y viaje de los mayores, fui naciéndome a mí misma…
A veces, un
hilo caía del cielo y me elevaba. Era mejor que el turrón de
Navidad.
Sol la si do, sol la si do….
Algunos
días, la ciudad volvía sus esquinas del
revés. Obligaba a perderse en Grieg re
si re si la Sol …Ni siquiera había nacido allí. Sin embargo, quiso quedarse
en la sombra de mis huesos, como una canción de inivierno, SOL mi re Sol
fa mi re do
Ánllels ( del libro de poemas La Luz de la Luciérnaga)
Ánllels ( del libro de poemas La Luz de la Luciérnaga)
Nota: Los trozos de partitura que incluye este relato poético y musical, son para ser tocados en la guitarra...ese instrumento y no otro es el que le imprime el carácter correcto del relato......Un abrazo de corazón. Anllels
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